Las residencias no siempre son la mejor opción

Las residencias no siempre son la mejor opción

En la mayoría de los casos de ingreso de una persona mayor en una residencia por enfermedad o porque los familiares no pueden atenderlos todo lo que quisiesen, éstos piensan que es lo mejor para los mayores, pero en la mayoría de los casos no es así y acaba siendo un proceso doloroso tanto para los familiares como para sus mayores.

 

Muchas veces el ingreso se hace de forma precipitada ya que se produce después de una enfermedad inesperada, una caída, etc, cuando en muchos casos la mejor opción es la contratación de servicios de profesionales especializados que puedan atender al mayor en su casa, siendo más cómodo para el dependiente y para la familia.

 

Una vez ingresado en la residencia geriátrica, la familia empieza a sentirse mal, ya que las limitaciones de los horarios de visitas, el ambiente en el que se encuentran, el no saber si están bien tratados, etc, pueden hacer que sientan que lo han abandonado, sufriendo tanto ellos como el mayor ingresado en la residencia.

 

Las familias piensan que en la residencia sus mayores reciben un trato personalizado y constante, y aunque en la mayoría de las residencias hay buenos servicios, en muchos casos no es lo que las familias esperaban, como en temas de visita médica en la residencia todos los días o falta de acompañamiento en las visitas a los hospitales.

 

Las mayores suelen estar en zonas comunes dentro de la residencia, por lo que cualquier persona que acceda a ella puede ver al resto de ingresados, por tanto el mayor puede sentir que no tiene intimidad. Estas causas hacen que los familiares se sientan defraudados o estafados por la residencia donde han ingresado a sus familiares, aumentando el sufrimiento de ellos y sus mayores.

 

El precio de las residencias no es bajo, y a medida que pasa el tiempo y aumenten los servicios recibidos, el precio se incrementará siendo un auténtico problema para los familiares. Está demostrado que es mucho más barato el tener asistencia profesional en casa que el ingreso en una residencia geriátrica.

 

Otro error a la hora de ingresar a un familiar mayor en una residencia, es el no tener en cuenta su opinión, ya que es un cambio muy drástico y puede no estar de acuerdo y que con el paso del tiempo esa decisión derive en una depresión con lo que ello conlleva.

 

Con la asistencia doméstica, el mayor no se sentirá privado de su intimidad y dignidad, ya que seguirá viviendo en su casa, en “su castillo”, y además recibirá toda la atención que necesite, tanto médica, como de compañía constante, evitando un gran sufrimiento por su parte y por la de los familiares.

 

Por lo tanto, la contratación de servicios profesionales de asistencia doméstica, en la mayoría de los casos es la mejor solución, tanto para el mayor, ya que recibirá asistencia personalizada y constante, estando a gusto ya que está en su casa, como para sus familiares, ya que sabrán que están en buenas manos, le resultará mejor económicamente y podrán visitar a su familiar siempre que quieran y cuanto quieran.

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